sábado, 27 de agosto de 2011
El primer paso
El 1º paso hacia la consciencia
Es prestarle mucha atención a tu cuerpo. Poco a poco, uno se va poniendo en estado de alerta ante cada gesto y cada movimiento. Y a medida que te vas haciendo consciente dejas de hacer muchas cosas que antes hacías. Tu cuerpo se encuentra más relajado, está más entonado, una profunda paz empieza a prevalecer incluso en tu cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo.
Después empiezas a hacerte consciente de tus pensamientos; hay que hacer lo mismo con tus pensamientos, son más sutiles que el cuerpo y, por supuesto, más peligrosos. Y cuando te hagas consciente de tus pensamientos te sorprenderá lo que ocurre en tu interior.
Cuando tu cuerpo y tu mente están en paz, verás que están sintonizados uno con otro, que existe un puente. Ahora ya no cabalgan en diferentes caballos. Por primera vez hay acuerdo, y ese acuerdo constituye una ayuda inmensa para trabajar en el tercer paso: hacerte consciente de tus sentimientos, emociones, estados de humor.
Esta es la capa más sutil y más difícil, pero si puedes ser consciente de los pensamientos solo tienes que dar un paso más. Se necesita una conciencia un poco más intensa para empezar a meditar sobre tus estados de humor, tus emociones, tus sentimientos.
En cuanto eres más consciente de esas tres cosas, todas se unen en una sola, funcionando perfectamente al unísono, canturreando juntas, cuando puedas sentir la música de las tres- se han convertido en una orquesta- ocurre la cuarta. Lo que tú no puedes hacer ocurre por sí solo, es un regalo de la totalidad. Es una recompensa para los que han hecho esas tres cosas.
Y la cuarta cosa es la conciencia definitiva que lo despierta a uno. Uno se hace consciente de la propia consciencia, esa es la cuarta cosa. Esto te convierte en un buda, un ser despierto.
Y solo en ese despertar llega uno a conocer lo que es la bienaventuranza. El cuerpo conoce el placer, la mente conoce la felicidad, el corazón conoce la alegría. La cuarta cosa conoce la bienaventuranza.
La bienaventuranza es el objetivo, y la conciencia es el camino que lleva a ella.
(Osho, conciencia)
A casa, al hogar.
Es prestarle mucha atención a tu cuerpo. Poco a poco, uno se va poniendo en estado de alerta ante cada gesto y cada movimiento. Y a medida que te vas haciendo consciente dejas de hacer muchas cosas que antes hacías. Tu cuerpo se encuentra más relajado, está más entonado, una profunda paz empieza a prevalecer incluso en tu cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo.
Después empiezas a hacerte consciente de tus pensamientos; hay que hacer lo mismo con tus pensamientos, son más sutiles que el cuerpo y, por supuesto, más peligrosos. Y cuando te hagas consciente de tus pensamientos te sorprenderá lo que ocurre en tu interior.
Cuando tu cuerpo y tu mente están en paz, verás que están sintonizados uno con otro, que existe un puente. Ahora ya no cabalgan en diferentes caballos. Por primera vez hay acuerdo, y ese acuerdo constituye una ayuda inmensa para trabajar en el tercer paso: hacerte consciente de tus sentimientos, emociones, estados de humor.
Esta es la capa más sutil y más difícil, pero si puedes ser consciente de los pensamientos solo tienes que dar un paso más. Se necesita una conciencia un poco más intensa para empezar a meditar sobre tus estados de humor, tus emociones, tus sentimientos.
En cuanto eres más consciente de esas tres cosas, todas se unen en una sola, funcionando perfectamente al unísono, canturreando juntas, cuando puedas sentir la música de las tres- se han convertido en una orquesta- ocurre la cuarta. Lo que tú no puedes hacer ocurre por sí solo, es un regalo de la totalidad. Es una recompensa para los que han hecho esas tres cosas.
Y la cuarta cosa es la conciencia definitiva que lo despierta a uno. Uno se hace consciente de la propia consciencia, esa es la cuarta cosa. Esto te convierte en un buda, un ser despierto.
Y solo en ese despertar llega uno a conocer lo que es la bienaventuranza. El cuerpo conoce el placer, la mente conoce la felicidad, el corazón conoce la alegría. La cuarta cosa conoce la bienaventuranza.
La bienaventuranza es el objetivo, y la conciencia es el camino que lleva a ella.
(Osho, conciencia)
A casa, al hogar.
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