Necesitaba las alas

Necesitaba las alas.
Ellas nos muestran los horizontes sin fín de la imaginación,
nos llevan hasta nuestros sueños,
nos conducen a lugares lejanos.
Son las alas las que nos permiten conocer las raices de nuestros semejantes
y aprender de ellos.

(Paulo Coelho)

recuerda tus sueños

¿volverá la magia?

Solo si tú crees.
¿Crees en las hadas?...


Deja que el viento entre y se lleve lo que sobra.
Deja que las raices beban el agua que necesitan.
Deja que los colores vuelvan a serlo todo.
Deja que aquella magia...

Nos Resucite.

I believe in you

Soledad, el camino que has escogido
inquieta ruta, sin regreso
Un día encontrarás tu luz nuevamente
Tu no sabes?
No dejes, se fuerte

Sigue tu corazón
Deja que tu amor te conduzca a traves de la oscuridad
Vuelve a un lugar que una vez conociste
Yo creo, Yo creo, Yo creo, en ti

Sigue tus sueños
Se tu mismo un angel de bondad
No hay nada que no puedas hacer
Yo creo, Yo creo, Yo creo, en ti

Solito, te iras fuera solito
Corazón abierto al universo
Donde vayas busca sin mirar atras
No esperes que el día nazca

Sigue tu estrella
Ve hasta donde tu sueño te lleva
Un día lo tocarás
Si tu crees, si tu crees, si tu crees, en ti
Sigue la luz, no apagues la llama que tu llegaras
En el fondo de ti recuerda
Que Yo creo, Que Yo creo, Que Yo creo, en ti

Algun día yo te encontraré
Algun día tu también me encontraras
Y cuando te tenga cerca
Yo se que es verdad
Sigue tu corazón
Deja que tu amor te conduzca a traves de la oscuridad
De vuelta a un lugar que una vez conociste
Yo creo, Yo creo, Yo creo en ti
Sigue tus sueños
Se tu mismo un ángel de bondad
No hay nada que no puedas hacer
Yo creo, Yo creo, Yo creo en ti

sigue tu estrella

sigue tu estrella

El lenguaje natural del alma es poesía y música. Florece sobre el símbolo, el mito y la metáfora. La facultad del alma es la imaginación. Esa facultad es nuestra manera de alcanzar el significado mas amplio.
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martes, 23 de abril de 2013

Amor básico


Balbuceo. Me agito. Casi no puedo articular sonido. Pensar en pronunciar una palabra se me hace arduo y complicado. Es tan grande sentir así. Amar, soltarse y dar la vuelta a todo lo que antes he pensado e imaginado… Saltar hacia el precipicio y gritar notando como el viento me acaricia la cara y la piel me arde. Está helado el viento y yo soy brasa. Sé que ya será para siempre. Noto en mi interior una incandescencia extraña y desconocida. Ardo, quemo y doy vueltas sobre mi misma como una bola de fuego. Sé que podría tragarme el mundo de un bocado… saltar al abismo con un solo paso. Que quepo en una lágrima pero me siento enorme, titánica, descomunal… sin límites, ni medidas. Salvaje, fuera de mi propia presencia, de mi piel. Informe, indomable, masiva.

Ya no importan mis muecas tristes, ni mis manías locas. No hay donde ocultarme, ni donde redimirme. El brillo de mis ojos delata algo inmenso bajo mi piel, que invade mis entrañas revueltas… Mi risa insistente y mis cabellos alborotados me delatan. Lo llevo escrito en la mirada. Lo transpiro. Impregno de esta sensación todo lo que toco.

Sé que floto. Noto como puedo elevarme a dos metros del suelo y ver el mundo sin notar que está frío, sin arañarme los pies al paso. Noto un alivio gigante. Puedo beberme todas las penas que llevo acumuladas y reírme de mis faltas y mediocridades.

Soy espuma. Una molécula de vida suspensa en el aire que se balancea de un lado a otro. Noto como a cada paso se me van borrando las historias tristes, las más reales y las más imaginadas. Pierdo lastre y trago sueño. Soy mar. Mar que baña la arena. Arena que se deja arrastrar y cambia de destino. Ya no empiezo ni acabo. Soy esférica.

Sé que no tengo que encogerme, ni meterme en ninguna caja, ni ocultarme, ni medirme, ni disculparme por ser poco o ser demasiado. Que no debo borrarme, ni añadirme nada. Ya no soy un dibujo. He tomado forma, he salido del papel de mi vida y llevo las riendas. Soy el lápiz. Soy el pensamiento que me acompaña. Engendro mi propia vida. Me dejo llevar pero me sujeto a mis ansias de sentir, de devorar, de existir.

Ya no llevo ataduras. Me noto las escamas y asperezas de este cuerpo cansado, pero esta sensación las apacigua, las transforma… Las convierte en bruma.

Ya nada me achica, me entumece o me aplasta. Ya nada es tan grande como este sentimiento, esta calma inmensa metida un cuerpo silvestre y agitado, conmovido, hambriento, vivo.

Nada es tan grande, tan rotundo, tan definitivo. Esta sensación lo inunda todo. Abarca hasta las costuras de mi vestido más amargo. Llena mis pliegues y mis huecos. Lo funde todo. Se incrusta en cada mota, en cada minúsculo pedazo de vida. Confiere sentido a cada momento. Es amor, sin duda. Amor propio. Amor básico. El más necesario. El primero.

Merce Roura http://mercerou.wordpress.com/2013/04/20/amor-basico/

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