La captura de la cierva es el último trabajo de la primera etapa (tras la doma de las yeguas devoradoras de hombres, el Minotauro y las manzanas de oro del jardín de las Hespérides) en la que el guerrero se prepara para enfrentar su propia oscuridad.
Diana, Artemisa, el talón de Aquiles, son varios de los personajes que aparecen en este trabajo y que hablarán de desapego, sabiduría con corazón, pertenencia a un Todo mayor y mucho más…
1. EL MITO
“Proporciona una prueba que evoque su elección más sabia. Enviemos a Hércules a trabajar en un campo en el cual él deba decidir qué voz, entre las muchas voces, despertará la obediencia de su corazón. Que sea una prueba de gran simplicidad en el plano exterior, y, además que, en el plano interior de la vida, despierte la plenitud de su sabiduría y la rectitud de su poder de elección”.
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Las cosas, las situaciones, las personas, están con nosotros un tiempo, muy corto o muy largo, pero no son nuestras. Nosotros estamos en este lado de la vida un tiempo, pero no vamos a quedarnos.
El corazón es el Portal de entrada al mundo subjetivo, el polo femenino del Alma. Por ello, la Sabiduría –la Cierva-, debe entrar por el corazón, porque si entra por la cabeza –polo masculino del Alma-, estará falta de Amor, de paciencia y de humildad, y la soberbia puede apoderarse de la persona.
Desde el corazón podemos abarcarlo todo sin poseerlo, sin apropiárnoslo.
No hay ninguna cosa exterior que debamos poseer. Todo está en nosotros, Somos Todo. El Sentimiento de posesión es pueril.
Todo está en Dios, y Somos Dios.
El Instinto de Posesión nos esclaviza a cada posesión que tenemos… ¡Las posesiones son las que nos tienen a nosotros!
Hoy vivimos en el espejismo de creer que nos son propias muchas cosas que son comunes: la “propiedad privada” es un concepto y un modo emocional de aferrarnos a la ficticia seguridad que nos dan las cosas, o las personas…
Todas las guerras del tiempo pasado, de la historia humana, tienen como base la “seguridad”: conquista de tierras, subordinación de personas/esclavos, imposición de dioses…. “La Cierva es mía”.
….”Mi familia, mi gente, mis tierras, mi país, mi mundo, mis hijos, mi generación, mi lengua, mi dios, mi maestro, mi ashram, mi árbol, mis ideas, mis piernas, mi corazón, mi amor”….
Hay que cortar el cordón umbilical con el mundo objetivo… estamos en él, pero lo trascenderemos… y los apegos a la forma no van a ayudarnos a esto.
Necesitamos aprender a administrar bien la materia –Cáncer, como signo femenino, de Agua, nos abre a ello-. Creer que poseemos algo es un espejismo, como creer que la Luna tiene luz propia porque la vemos iluminada….
La gran lección de este Trabajo es la siguiente:
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