El inicio de la transformación
La primera impresión que tenemos cuando escuchamos o pensamos en aceptar, ya sea una persona, un hecho o una situación, es que nos estaremos sometiendo o subyugando, renunciando a la lucha, siendo débiles. De hecho, si queremos cambiar cualquier aspecto de nuestras vidas ya nosotros mismos, tenemos que empezar aceptando. Nos aceptamos.
La aceptación es el principio de un poder transformador que sólo aquellos que lo han experimentado puede evaluar.
Es difícil aceptar una pérdida material o emocional; una situación financiera difícil; una enfermedad; una humillación; una traición. Pero la aceptación es un acto de buena voluntad, mente abierta, sabiduría y humildad, porque contrario a lo que muchos piensan, la vida misma, no está bajo nuestro control.
Las personas son como son, apenas cambian. No podemos contar con ello. La única persona que podemos cambiar es a nosotros mismos, por lo que si no hay una aceptación, lo que estamos haciendo no tiene sentido, es una locura.
Ser duro, luchar, rebelarse, negar, deprimir, desesperarse, indignarse, culparse, son reacciones emocionales cargadas de ira. Rabia de otro, de sí mismo, enojado con la vida. Y la ira destruye, lesiones, rompe, separa.
La aceptación es una fuerza desconocida para nosotros, porque estamos condicionados a pelear, a alborotar, luchar y hacer ruido. Aceptar es la paz, la comprensión, la ligereza.
Aceptar no es darse por vencido, ni renunciar. Aceptar es estar lúcido en el momento presente y así es como la vida se presenta, así es como debe ser.
La aceptación es ponerse listo para ver la dificultad desde otro ángulo, otra perspectiva. Sin la carga que nos colocamos o imaginamos tener.
En el momento en que aceptamos, desmaterializamos las situaciones que fueron creados por nosotros, las soluciones surgen de manera natural a través de la intuición o de hechos que traen las respuestas y soluciones al problema. Tan simple como eso!
Todo es movimiento. Nada es permanente.
Nuestra tendencia "natural" es resistir, no aceptar, luchar contra todo es lo que nos contraria y genera sufrimiento. De esa forma prolongamos la situación. Resistir sólo nos mantiene atrapados en la incómoda situación, a menudo perpetuando y haciendo que todo sea más complicado y pesado.
Cuando no aceptamos nos volvemos amargos, airados, atrapados, frustrados, infelices, llenos de ira y tristeza, y esos patrones mentales y emocionales crean más dificultades, nunca traen la solución. A menudo pensamos que los demás o las cosas son responsables de los hechos. Y no es así.
Aceptar es ampliar la conciencia y encontrar respuestas, soluciones, alivio. Aceptar es lo que nos lleva a la fe.
La aceptación es un paso concreto para hacer la vida más ligera, más feliz y saludable.
Es fundamental entender que la aceptación no significa darse por vencido, sino seguir adelante con optimismo. Tener muchas metas a alcanzar es una actitud saludable hacia la vida. Ser agradecidos colabora y mucho para aprender a aceptar.
Aceptar se refiere al momento presente, al ahora.
El momento en que aceptas, te rindes a lo que la vida desea ofrecer. Las nuevas ideas siguen surgiendo en la dirección deseada, para salir del sufrimiento.
Como se suele decir, "El dolor existe, pero el sufrimiento es opcional, es una elección."
¿Quiere ser feliz?
Acepte!
Recuerde: Usted sólo puede cambiarse a sí mismo.
Sólo usted es responsable de todo lo que le ocurre y siente.
¡Mucha paz para el día de hoy!!
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